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Cap. 20 ¿Un plan?

Y ahora estoy aquí en un laberinto donde cada camino me conduce a un callejón sin salida. Os preguntaréis por qué si ya lo sé todo. Es cierto lo sé todo o la mayor parte, pero como reaccionaríais vosotros si os enteraseis en un mismo día que eres adoptada, que tu padre biológico murió por salvarte de tu madre, que está fue quien lo mató, que te están buscando porque eres poderosa y quieren utilizarte, que el chico del que estás perdidamente enamorada, aunque nunca se lo dirás a nadie, está con ellos y él no lo sabe, y que tu vida es exactamente ese laberinto.
He intentado salir de él  durante toda esta semana, pero solo he logrado vislumbrar una luz lejana de vez en cuanto. Está luz son pequeñas certezas que me ayudan a seguir adelante y no rendirme. Entre ellas se encuentra la procedencia de mis poderes, a pesar de que sigo sin saber porque soy tan codiciada, por lo menos sé que no soy un bicho raro que habido gente como yo desde siempre. También está mi hermana o no, nunca me acostumbraré a esto, bueno ella no tiene porque saber que no soy su hermana porque para mí ella seguirá siéndolo para siempre, ¿porque qué es ser una hermana tener los mismo padres o estar ahí cuando necesitas que alguien te escuche?, yo he pasado con ella los momentos malos y los buenos y además nos hemos peleado como solo hacen los hermanos. Así que nunca lo sabrá.
Raúl también se encuentra entre estas certezas y por ello he quedado con él este lugar, tengo que hablar con él, tengo que decirle todo lo que se respecto a él aunque eso me cueste…
-¿Por qué querías verme? ¿Creía que estabas enfadada?
-Y lo estoy, pero esto es diferente. Teníamos que hablar-digo seria guardando mis pensamientos para que él no los escuche.
-¿Qué pasa Elena? ¿Estás bien?-pregunta Raúl y veo que sus ojos azules expresan preocupación, se preocupa por mí.
-Yo… -digo apartando la mirada.
-¿Si?-Raúl se aproxima a mí y cuando pone una mano en mi hombro siento un escalofrió que me impulsa a separarme.
-Yo estoy bien. Lo que tengo que decir es importante, será mejor que te sientes-digo seria no quiero que se dé cuenta lo que su solo contacto me ha hecho sentir. Además esto es importante.
-¿Qué pasa Elena? ¿En qué estás pensando?
-En nada que sea de tu incumbencia- me costó mucho esfuerzo mantener mis pensamientos a raya para que él no pudiese entrar-Siéntate-ordeno.
-Elena si tienes que decir algo, dilo-se está poniendo nervioso nunca le había visto así.
-Raúl…-no te preocupes por él díselo rápido así sufrirá menos-Estás con ellos.
-¿Qué estás diciendo?-parece desconcertado.
-Estás en La CPH. Ellos te secuestraron cuando eras tan solo un bebe y mataron a tus padres-mientras digo estas palabras veo en los ojos de Raúl como su mundo se desmorona, ha descubierto que su vida era un farsa. Pero después de unos segundos lo que veo no es tristeza o ansiedad sino determinación.
-Me estás mintiendo-dice mientras se aleja a paso ligero.
-Perfecto Elena-me digo a mí misma.

Raúl
No puede ser cierto, no puede, lo que me ha dicho debe de ser una broma, porque no puede ser…
Me voy repitiendo estas palabras una y otra vez, pero cada vez que lo digo pienso que puede que si sea cierto, porque si lo pienso todo tendría más sentido si fue así. Pero no puede ser.
-Todo por lo que he luchado no puede ser mentira, no puede.
“Lo es”
Me doy la vuelta rápidamente, pero no hay nadie, pero sé que está he oído sus pensamientos.
“Vuelve con ella”.
-¿Quién eres?-grito a la nada.
“Vuelve con ella. Te ha dicho la verdad”.
-Como puedo fiarme de una voz en mi cabeza-según digo las palabras me doy cuenta que suena demente.
“Porque sabes que es verdad”.
-No, no es cierto.
“Si lo es, piénsalo, ¿por qué te hicieron seguir a Elena?”.
-Para cuidarla.
“¿Seguro?”
-Querían información sobre ella-no oigo nada, pero quien calla otorga-Cuando supieron que a mi Elena me… me apartaron de ella, ¿por qué?
“Porque eras peligroso, podrías llegar a traicionarlos”.
-Entonces me llevaron con Nicky, lejos.
“Exacto”
-Pero por qué confiaban en mí para eso, a menos que… Nicky fuese…
“Vuelve con ella, con Elena”
Entonces la voz desapareció como si nunca hubiese estado ahí. Yo corrí hacia la casa de Elena deseando que estuviese allí, necesitaba estar con ella. Sabía que ella me entendería, que me perdonaría por lo que dije antes, como siempre no me la merezco, pero no sé qué haría sin ella.

Mientras Raúl se alejaba se escucho una voz procedente de la sombra:
-Suerte, Raúl.

Elena
Tras lo ocurrido con Raúl he decidido que no voy a dejar que otros pasen por lo mismo, no lo permitiré.
-¡Raúl!-digo al abrir la puerta-¿Qué haces aquí?-no responde solo me mira-¿Qué pasa? ¿Te han hecho algo?
En ese momento él  se acerca a mí, entrado así en mi casa, yo me aparto “no puedo dejar que me toque”. Entonces Raúl se aparta, me ha escuchado.
-¿Enserio Raúl estás bien?-ahora soy yo quien se acerca “no puedo verle así”.
Él se vuelve a acercar y me abraza fuerte yo no me muevo, no puedo. Entonces oigo que respira de manera precipitada como si estuviese intentando no llorar.
-¿Raúl?-tras pronunciar su nombre le abrazo con toda mi fuerza. Todo lo que hay mi alrededor es inexistente, solo estamos él y yo otra vez  como al principio. Estamos así durante lo que pudieron ser horas, pero para mí fueron tan solo unos segundos. Fui yo quien me separé cuando me di cuenta que ya hacía un rato que se había calmado, tuve que hacerlo por mi bien, no podía volver a caer-¿Mejor?-le pregunto, intentando parecer una buena amiga, con una sonrisa en los labios.
Él sigue sin hablar
-Tengo que irme-según digo esto vuelvo a ver esa mirada, que no me gusta no puedo hacerle daño, pero no puedo quedarme he tengo que recoger a Irene-Si quieres puedes venir.
Sigue sin responder, pero salé por la puerta lo que creo que es un sí. Yo cojo las llaves y cierro. Durante el camino hasta la escuela de Irene estamos demasiado cerca, pero cada vez que me alejo un poco él vuelve a poner esa mirada y yo no puedo ser la responsable otra vez de esa mirada no puedo, le quiero demasiado.
-¡Irene!-grito al verla a lo lejos. Ella me ve, se acerca y me da dos besos.
-Hola, mi ángel-saluda Raúl a Irene, es la primera vez que dice algo desde que ha aparecido en mi puerta de mi casa.
-Hola-dice un poquito sonrojada.
-¿Irene quieres ir al parque?-le ofrezco.
-¿Él viene?-entonces  me giro para mirarle y obtener una respuesta de su expresión, pero no hace falta.
-Solo si tú quieres mi ángel-entonces ella con una sonrisa, que no le he visto desde que murieron nuestros padres, nos da una mano a cada uno y nos dirige a toda prisa al parque.

El resto del día fue bastante tranquilo, hasta parecía normal. Cuando Irene se canso del parque, que eso fue a la hora de cenar, nos fuimos al Bocata porque a Irene se le antojo comer un bocata, pero hasta que Raúl no eligió ella tampoco ya que quería pedir exactamente lo mismo que él. Tuvo gracia porque a ella no le gusta la cebolla y pidió un bocadillo vegetal, pero lo más impresionante fue que se lo comió entero.
Después de cenar nos fuimos a casa y vi como la pequeña sonrisa que se había ido dibujando en el rostro de Raúl a lo largo de la tarde se iba borrando con cada pasó que nos acercaba más y más a nuestro destino. No supe porque hasta que estuvimos en la puerta de mi portal e Irene me pregunto muy bajito procurando que Raúl no lo escuchará: “¿Puede quedarse a dormir con nosotras?”. No me acordaba ahora no tenía donde dormir, menos mal que Irene ha tenido esa magnífica idea. Yo le respondí con el mismo tono bajo:”No sé pregúntaselo a él”.
Ella se acerco a Raúl y le pregunto mirando hacia abajo, estaba avergonzada:
-¿Quieres quedarte en casa?
Raúl antes de responder me miro a la cara esperando mi reacción, yo hago un leve gesto con la cabeza.
-Sí, claro mi ángel-responde Raúl y me doy cuenta que vuelve a tener esa leve sonrisa.
 Irene se quedo dormida en los brazos de Raúl mientras veía “Alicia en el país de las maravillas”. Cuando me doy cuenta me levanto para llevarla a la cama:
-¿Qué haces?-me pregunta Raúl
-Pues llevarla a la cama-digo, “no era obvio”.
-Ya la llevo yo-dice mientras se levanta y la lleva sin ningún esfuerzo hasta su habitación, “¿cómo sabe…?”
-Telépata, recuerdas-susurra para no despertar a Irene.

-Bueno, Raúl si quieres puedes dormir en la habitación de mi hermano-digo cuando vuelve de acostar a Irene. Hace días que Iker no pasa por casa. Estoy preocupada, porque solo le veo cuando viene a darnos dinero, y no sé de dónde lo saca, ¿en qué se habrá metido?
-¿Seguro?
-Sí-digo dándole la espalda mientras me encamino hacía mi habitación. “Él no va a venir”.
-¿Estás bien Elena?-siempre preocupándose por mí.
-No, pero este no es el mome…-no puedo terminar porque él me ha dado la vuelta para abrazarme.
Durante unos segundos estoy apoyada en su pecho y me siento segura, Raúl siempre hace que me sienta así, a pesar de todo lo que nos ha pasado siempre me sentiré segura, pero no puedo volver con él. “No puedo” pienso mientras me aparto, pero no puedo separarme mucho porque sus brazos no me lo permiten y nos quedamos los dos mirándonos a los ojos fijamente. Esos ojos azules mirándome como si yo fuese la única.
-Elena…-pronuncia mi nombre en un susurro.
-¿Qué?-digo tragando saliva, no debería estar así con él debería aparatarme.
-Yo nunca he dejado de…
El ruido de una puerta al abrirse le interrumpe y nos hace separarnos
-Irene-menos mal-¿qué te pasa?
-He visto a mama-dice con lágrimas en los ojos.
-¿Quieres dormir conmigo hoy?-le pregunto y ella afirma con la cabeza. Tras esto todos nos vamos a acostarnos. Yo me quedo dormida con una pregunta en mi cabeza, ¿qué iba a decirme?



Pasaron unos días y por primera vez en años mi vida volvía a ser más o menos normal, pero por desgracia las cosas buenas a mi no me ocurren sin consecuencias.
Mientras me dirigía a la universidad acompañada de Iban, algunas cosas nunca cambian, una chica que ya conocía, Melany, se paró delante de mí y tras mirar de una manera extraña a Iban se volvió a mí:
-Ahora estás sola.
-Tú también-digo mirando con ansiedad a mí alrededor esperando que aparecieran esos Jumper.
-No los necesito-perfecto si solo está ella tendré alguna oportunidad-Está vez no te dejaré escapar-dice antes de lanzarse hacía mí. Con un salto consigo esquivarla-No está mal-y veo una sonrisa de… ¿Orgullo?-No te distraigas-cuando dice esto me recuerda a Taylor en las sesiones de entrenamiento.
-Melany-oigo una voz a mi espalda.
-Tú-dice Melany con odio.
Me doy la vuelta para ver quién es el que habla, pero antes de ver que detrás mío estaba Daniel y otros dos chicos de más o menos su misma edad, Melany me ha cogido del cuello y me susurra al oído:”Te dije que no te distrajeras”.
-¡Suéltala!-grita Iban, me había olvidado que estaba aquí. Ella nos aleja un poco para poder ver a Iban y no perder de vista a Daniel y sus compañeros. No le responde-¿Qué estás haciendo?-pregunta y en su voz puedo vislumbrar preocupación, pero ¿por quién? ¿Por mí o por ella?
Siento como mueve la cabeza hacía Daniel supongo que para estar segura de que no están planeando nada cuando responde:
-Y a ti que te importa.
Dice y veo que su cara expresa tristeza. “¿Su cara?”
-¿Dónde…?
-Con nosotros-dice Daniel que se encuentra a mi lado.
-¿Cómo…?
-Te odio, Tempus- dice Melany.
-No esperaba menos.
-Tienes suerte-dice la chica dirigiéndose a mí.
Tras esto ella sale corriendo y poco después desaparece torciendo una esquina
-¿Vamos detrás de ella?-dice uno de los chicos que acompañan a Daniel.
-No, sería una pérdida de tiempo, recuerda que es una metamórfica.
-¿Quiénes sois?-dice Iban que se acaba de acercar
-A ti qué te importa, Simple-dijo uno de los que acompañaban a Dani
-¿Simple?-pregunte, aunque supuse por el tono de su voz que era como un insulto o algo por el estilo.
-No le hagas caso. Son Nicolás, un Jumper, y Richard, un Buscador-dice Daniel intentando calmar los ánimos.
-Hola-saludo.
-Elena vamos a llegar tarde-dijo Iban. Se notaba que no se sentía cómodo.
-No puedes ir-dice Nicolás antes de que responda.
Esto me empezaba a dar mala espina
-Iban vete yendo.
-Pero…
 -Ha dicho que te vayas-dice Richard bruscamente.
Iban dirigió su mirada hacia mí y yo con un gesto de cabeza le indique que se fuera que ya hablaríamos después.
-Por fin-dice Richard según se fue Iban.
-¿A ver qué estáis haciendo aquí?-digo mientras me acerco a Daniel.
-¿No deberías agradecernos que te hayamos salvado?-dice el Buscador.
-Habría podido yo sola-recordando que si no hubiesen aparecido no me hubiese distraído.
-No lo dudo. Pero es tan solo fue una casualidad, te estábamos buscando y aparecimos en el momento justo.
-¿Me buscabais? ¿Por qué?
-Para empezar con el plan-dice Nicolás, muy serio, bueno tiene ese rostro serio desde el principio.
-¿Qué plan?
-El de introducirnos en la CPH para conseguir la lista-dice Richard como si yo lo tuviera que saber.
-Introducirnos en… ¿dónde? Para conseguir… ¿qué?-creo que me había perdido algo de esta conversación porque no me estaba enterando de nada.
-Tranquila-dijo Daniel acercándose a mí y agarrándome de la cintura-Vamos a tu casa y lo explicaré todo.
-Vale-dije algo desconcertada.
El camino hasta casa me resulto borroso estaba un poco perdida. Cuando abrimos la puerta de casa:
-Elena pensaba que estabas en…-empezó a decir Raúl, pero paro al ver que estaba acompañada- ¿Qué haces tú aquí?-pregunta con más intensidad de la necesaria a Daniel.
-Tranquilo-le digo mientras me apartó de Daniel y me dirijo al sofá-solamente me han acompañado porque tiene la extraña idea de que hay un plan.
-¿Plan?-pregunta Raúl al grupo que aún sigue en la entrada.
-Sí-dice, pero no le está mirando a él sino que se acerca hasta donde yo estoy y se sienta a mi lado-Stella nos dijo que nos vio a ti, a mí, a Richard, a Nicolás y a Raúl entrando la CPH-el último nombre lo dijo con despreció- y robando una lista.
-¿Y qué hay en esa lista?-pregunta Raúl sentándose a mí otro lado
-Los nombres de la gente con poderes que están con ellos o quieren conseguir, ¿verdad?-digo mirando a Nicolás, que está de pie frente a mí y junto a Richard.
-Cierto-me responde.
-¿Y quién se supone qué hará ese magnífico plan?-pregunta Raúl a Daniel con retintín.
-Tú-vuelve a contestar el Jumper, pero a mí solamente, como si yo lo hubiese preguntado.
-¿Si no por qué estaríamos aquí?-pregunta  Richard
-Stella lo vio-aclaró Nicolás haciendo caso unísono a si compañero.
-No puedes hacerlo es peligroso-me dice Raúl y yo me giro para mirarle.
-Pero tienes que hacerlo, muchos niños dependen de ti-dice Daniel y me vuelvo hacia él.
-Pero no podemos hacer nada, entrar allí es difícil, pero salir aún más-Raúl
-De verdad vas a dejar a esos niños e sus manos-Daniel
-Es una lista en la que suponemos que hay dichos nombres, pero no lo sabemos-Raúl
-Stella no se ha equivocado nunca-Daniel
-Elena, siempre hay una primera vez. Ir sería un suicidio-Raúl
-No lo será si lo planeamos como es debido-Daniel
-¡Podéis dejarlo ya!-grito levantándome del sofá.
-¿A dónde vas?-preguntan Raúl y Daniel a la vez.
-Necesito pensar-digo mientras salgo por la puerta de mi casa.
Me estaba entrando dolor de cabeza. Miró el reloj y aún tengo tres horas para recoger a Irene me fui al parque donde iba con mis padres cuando era pequeña, necesitaba pensar y ese fue el primer lugar que se me ocurrió.


Mientras tanto en la universidad
-¡Iban!-grita una chica pelirroja.
-Hola-dice Iban mientras se da la vuelta y mira a la chica intentando reconocerla.
-Perdón, me lo ordenaron-dice esta chica tristemente.
-Tranquila, pero debes rebelarte. Eres fuerte, lo sé-dice abrazándola, dejando claro que ya la ha reconocido.
-No sé qué haría sin ti-le susurra al oído.
-Ni yo sin ti- el abrazo dura unos segundo más.
-Debo irme, esperan que informe-dice la chica pelirroja alejándose de Iban
-¡Espera!-dice este agarrándola por el brazo, atrayéndola nuevamente hacía él y besándola-Ten cuidado.
-Lo tendré-dice la joven mirándole a los ojos.
Este contacto visual dura un segundo demasiado largo tras el cual ella se aleja y él observa su marcha. Ella va cambiando su fisiología volviendo a ser ella misma.

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