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Cap. 21: La CPH


[El cabio de letra es para dejar claro que es una especie de flash back]

Estamos enfrente de un edificio enorme, era como esos edificios del centro de nueva york. Podemos ver la entrada principal que consiste en una gran puerta de cristal traslúcido, que está custodiada por dos personas.
-Los de la entrada son un mentalista y una telépata*-dijo Raúl-Los conozco.
-Entonces tú, Raúl, entrarás por la puerta principal-dijo Elena intentando parecer segura ante la atenta mirada de esos cuatro chicos-Actúa con normalidad.
Raúl afirmó con la cabeza aunque no muy seguro. A pesar de que había aceptado la decisión de Elena de ir a por dicha lista de nombres seguía pensando que se estaban metiendo en la boca del lobo.
Raúl nos dejó atrás mientras se dirigía hacia la entrada principal. El resto estamos escondidos lo suficientemente lejos para que no pudiesen vernos, pero lo suficientemente cerca para poder escuchar la conversación que mantenía Raúl con los guardias.
-¿Cuánto tiempo Raúl? ¿Qué de vacaciones?-le pregunta bromeando el chico que se encuentra a su derecha.
-Sí, algo por el estilo-responde Raúl con una sonrisa.
-Bueno pues me alegro de verte de vuelta.
-Espera-dijo la chica. Cuando Raúl se dirigía hacia el interior.
Raúl se dio la vuelta hacia ella  temiéndose lo peor.
-¿Qué pasa Silvia?
-Qué no nos has contado qué tal, dónde has estado y demás-dice las chica cambiando un rostro serio por una sonrisa que dirigió a Raúl. Sentí un extraño y repentino odio hacia esa chica.
-Ahora no puedo-declara Raúl abriendo la puerta para poder pasar.
-Vale, pero luego interrogatorio-dice la chica.
-¿Qué raro esta no?-pregunta él chico cuando Raúl ya se encuentra en el interior-¿Has captado algo?
-No, nada, pero tienes razón esta raro bueno más raro de lo normal.
*Mentalista: Persona que tiene la habilidad de introducir conceptos y/o imágenes en tu cerebro y convertirlas en realidad.
-Cuando él haya entrado Nicolás y Daniel os teletransportaréis hasta la sala de seguridad. Allí Dani haz tu magia con los ordenadores y deshabilita las cámaras y cualquier dispositivo de seguridad-prosiguió Elena contando el plan que había ideado tras decidir que llevaría a cabo esa intrusión.
-Está hecho-dijo Daniel con una sonrisa de suficiencia.
-¿Hacker?- prejuzgó Raúl al haber oído “…haz tu magia con los ordenadores…”
-No, Tempus-dijo con orgullo.
-Nosotros, Richard y yo, os esperaremos a Raúl y a Nicolás en su habitación, donde debes ir tras dejar a Daniel en la sala de seguridad-continuó Elena marcado el lugar donde se encontraba dicha habitación en el mapa que había hecho Raúl.
-Deberías cerrar los ojos -susurro mientras agarro a Richard del brazo y pienso (“Deseo estar en la habitación de Raúl en la CPH”)
A los pocos segundos ya estábamos allí. Richard tuvo que apoyarse a la pared porque se había mareado, “el que avisa no es traidor”. Raúl apareció poco después, pero Nicolás tardaba demasiado “¿Habrá salido algo mal?”
-Aquí estoy-me asusta alguien a mi espalda se trataba de Nicolás- Habría llegado antes si el mapa de nuestro amigo hubiese estado mejor-acusa a Raúl-Antes de llegar aquí he pasado por el baño.
-Hombre, ¿tan nervioso estabas que no has podido aguantar?-bromea Richard
-Según la visión de Stella la lista se encuentra en un CD-ROM el cual está escondido en el último piso. Por la aportación de Raúl sabemos que a esa plata solo se puede acceder por un ascensor y marcando una combinación de pisos especifica. De esa combinación se encargará Nicolás cuando este con Daniel en la sala de seguridad…
-¿Tienes la combinación?-digo sin hacer caso a la burla del Buscador.
-Por supuesto-dice mostrando un papel en el aparecían una sucesión de números ascendente que termina con el  67.
-¡Ostias cuantos pisos tiene!-exclama Richard
-En realidad no. Solo hay 30 pisos el resto de los números se utilizaran para llegar a cada uno de esos pisos protegidos-aclara Raúl que está a mi lado.
- … Iremos directos hacía ese ascensor que se encuentra no  muy lejos de la habitación, tendremos cuidado de no toparnos con ninguna persona, pero si llegase a ocurrir. ¿Cuento con tu ayuda?-preguntó Elena a Raúl.
-Por supuesto. Pero cuanto más personas tengan ignorar más difícil será.
-Sí no funciona ya me encargo yo-dijo Richard sonriendo con satisfacción mientras se daba un golpe suave a su mano derecha con su otra mano cerrada.
Íbamos andando como en las películas de ladrones, de putillas. Durante el corto camino hasta el ascensor no nos encontramos con nadie.
-Viene alguien-afirma Richard serio justo en el momento en el que estaba llamando al ascensor
-¿Estás seguro?-pregunto.
-Sí, viene alguien-no es Richard quien me ha contestado sino Raúl que mira hacía el mismo sitio que su compañero-Quedaros quietos.
-No me des ordenes-dice enfadado el Buscador. Adelantándose un paso para poder ponerse por delate de Raúl.
-He dicho que te quedes quieto-esta vez le miro directamente a los ojos y Richard volvió a su posición a mi lado.
Justo en ese momento un hombre de gabardina negra, que me recordaba al que había visto la primera vez que entre en este lugar pasó por el pasillo sin prestarnos la más mínima atención, pero justo cuando estaba a punto de irse se paró y antes de que dijera algo Richard se le acerco y le pegó tal golpe en la cabeza que cayó al suelo inconsciente.
-¿Qué has hecho?-pregunta Raúl
-Pues dejarle inconsciente para que no diera la voz de alarma. Se había dado cuenta de que estábamos aquí- se defiende.
-No. No os había visto se había parado porque era su hora del almuerzo y la cafetería esta para el otro lado.
-¿En serio?-se extraña  Richard-¿Cómo puedes saberlo?
Raúl no responde solo se toca la cabeza con un dedo y suspira casado. En ese momento el ascensor se abre dejándonos entrar en su interior. Cojo el papel donde esta apuntada combinación de números.
   4-15-34-52-58-60-64-67
Pulsé los pisos y estos se fueron iluminando. Cuando terminé no ocurrió nada miré a mi espalda buscando una explicación.
-Seguro que te has equivocado-asegura Richard.
-Pulsa el 30-dice Nicolás sin hacer caso a su compañero.
Al hacerlo una voz de mujer dice:
-Prueba de sonido.
-¿Qué diablos es…?
-Voz reconocida-me interrumpe la voz-Buenos días señora Diez.
¿Señora Diez? ¿Quién es?”
-Es la mayor accionista y la directora general de todo esto-me susurra Raúl mientras el ascensor comienza su ascensión a una velocidad indebida. Todos nos tuvimos que agarrar a la barra metálica que había alrededor.
“¿Mayor accionista? ¿Directora general? ¿Puede que sea…?
No termino el pensamiento porque el ascensor  para bruscamente.
-Cuando estemos fuera del ascensor vendrá lo difícil. Gracias a Stella tenemos la forma “detallada” de la puerta: se trata de una puerta metálica de color azul y tiene algo parecido a escáner de retina-dijo irónicamente Elena
-¿Cómo pasaremos el escáner de retina?-preguntó Raúl.
-De eso me encargo yo-respondió la joven con una sonrisa picara.
Salimos cuando se abrieron las puertas un poco desorientados.
-Eso no es un ascensor, es una atracción y de las fuertes-dice Richard-¿Y cuál de todas estás es?
Es verdad, ¿cuál es? Hay tantas puertas y el pasillo era tan  largo que  parecía que no tenía fin
-Espera-dice Raúl que se ha quedado igual de paralizado que el resto de nosotros al ver tantas puertas idénticas-Es una ilusión. Solo una de todas estas puertas es la verdadera.
-Odio a los ilusionistas, aunque son muy buenos en las fiestas-comenta Richard.
-¿Cómo sabremos cuál es?-pregunta Nicolás con tono serio, como siempre.
-Quizá…-(“Deseo saber cuál es la verdadera”) espero, pero no pasa nada así que lo vuelvo a intentar (“Deseo que la se deshaga la ilusión”)
-Lo has conseguido-dice Richard realmente sorprendido.
Ignorándole me acerco hacía la puerta. Y era cierto teníamos que pasar por un escáner de retina. (“Deseo tener exactamente los mismos ojos  de mi madre”) Tras esperar un poco me acerco al escáner, en el cual a los pocos segundos aparece una luz verde y el nombre:
Annie Diez
-Estas en racha-dice Richard.
-No lo estoy, lo que pasa es que sé lo que hago-me defiendo mientras entramos.
-Tras esto nos encontraremos con una sala en la cual hay una puerta llegar a ella será fácil ya que Daniel se habrá encargado de láseres móviles. No habrán desaparecido, pero estarán paralizados y serán más fáciles de cruzar. Aunque a algunos les dé igual…-dijo Elena mirando de reojo al chico que tenía enfrente, Nicolás.
Según entramos uno por uno fuimos pasando por los láseres sin que ninguno de ellos nos tocará. Cuando llegue a la puerta que se encontraba al otro lado de la habitación Nicolás ya estaba allí, “¿por qué no me habré teletransportado yo también?
-La siguiente sala es un misterio, no sabemos que hay ahí dentro debemos tener mucho, pero mucho cuidado…
Al entrar lo único que vemos es una sala vacía, no hay nada ni nadie a parte de nosotros. Y de repente estoy sola no había nadie a mi lado:
-¿Chicos? ¿Dónde estáis?-pregunto asustada- ¿Raúl? No puedo estar sola, no puedo. ¿Dónde estáis? No me hace ninguna gracia, salid de donde quiera que estéis, por favor-cuando estoy a punto de llorar veo dos figuras que se acercan- ¿Mamá, papá?-digo cuando logró distinguirlos.
-Elena-dice mi padre demasiado frio, pero me da igual les había echado tanto de menos. Me abalanzo hacia ellos, pero antes de que pueda abrazarlos se apartan
-Tú no eres nuestra hija, eres un bicho raro.
-¿Qué?-pregunto incapaz de creerme lo que están diciendo.
-Ves como se nota que no es hija nuestra además de un bicho raro es tonta-le dice mi padre a mi madre-No está claro, no te queremos.
-No te queremos-repite mi madre.
-¡Esto no es cierto!-grito con todas mis fuerzas.
-¡Ayuda!-oigo un grito a mi espalda, es mi hermana unos hombres la están intentando secuestrar.
Yo me giro para pedir ayuda a mis padres, pero han desparecido.
-¡Ayúdame, hermana!-vuelve a gritar y esta vez con más fuerza.
-Soltadla o lo pagaréis-les amenazo
-Tú si ni  siquiera puedes moverte-dice uno de los hombres
Era cierto no podía moverme estaba paralizada.
-Es nuestra- dice otro.
-¡Ayúdame!-vuelve a gritar Irene
-¡No puedo!
-¿No puedes o no quieres?, ¿me vas a dejar sola?-dice Irene mirándome a la cara totalmente tranquila y serena.
-Sí quiero, no te voy a dejar sola-digo mientras usando todas mis fuerzas me empiezo a mover, pero cuando me acerco a mi hermana, ella ha desaparecido y en su lugar están todos los demás: Nicolás, Richard y Raúl.
“¿Qué me había pasado y a ellos que les estaba pasando? No sé qué he de hacer tenemos que salir de aquí cuanto antes, pero no sé cómo puedo lograr que vuelva en sí necesito. Ayuda. Ayuda…
-¿Elena?-dice Raúl que acababa de girarse y me miraba asombrado y desorientado-¿Qué nos ha pasado?
-No lo sé, pero tenemos que hacer que salgan de lo que sea. ¿Por cierto tú cómo has salido?-le pregunto.
-Te oí pedir ayuda-susurra- Ven, tengo una idea-dice cambiando su rostro de desconcierto por seguridad.
Me acercó asustada e intrigada, cuando estoy a su lado me garra de las manos y me dice:
-Desea estar en lo que está viviendo Nicolás
(“Deseo estar en lo que está viviendo Nicolás”)
-¿Elena?¿Raúl? ¿Sois vosotros de verdad?-nos pregunta Nicolás parece asustado.
-Sí tienes que salir debes superar tú miedo-digo
-O buscar alguien por cual tus miedos pierden importancia-dice Raúl mirándome.
-¿Podrás hacerlo?-le pregunto
-Sí, claro-dice ya más seguro, vernos le ha hecho darse cuenta que lo que estaba viviendo era tan solo una pesadilla demasiado real.
-Pues debemos irnos-nos volvemos a agarra y pienso (“Deseo estar en lo que está viviendo Richard”)
Después de una discusión con Richard salimos y volvimos a estar en esa sala.
-¿Cómo hemos podido hacer eso?-le pregunto
-La unión de nuestros poderes-me responde
-Por fin-dice Richard saliendo de su ensoñación-Se estaba convirtiendo en una autentica pesadilla.
-Sí, una pesadilla-dice Nicolás, volviendo también a la realidad.
Parece muy afectado, ¿qué habrá visto?”
-¡Elena!-me llama Raúl para que me fije en una puerta que acaba de aparecer.
-… Tras esa sala encontraremos lo que estamos buscando, la sala donde se encuentra el       CD-ROM, espero que lo encontremos fácilmente y para poder salir de allí cuanto antes-dice Elena recogiendo el mapa.
-Salir será difícil-dice Raúl antes de que todos salgan de la habitación donde estaban.
Cuando sería fácil me equivoque esta habitación estaba repleta de CD-ROM´s sus cuatro paredes están forradas por cuatro estanterías enormes y cada una tendrá incontables            CD-ROM´s.
-Que cada uno busqué en una estantería-digo.
Y todos me obedecen si rechistar.
-Por lo visto están en orden alfabético-dice Nicolás.
-¿Eso significa que tenemos que llevarnos todos?-dice Richard
-No Stella dijo uno, así que tendremos que buscar uno que no encaje-dije mientras miraba los CD-ROM´s buscando ese que no encajaba, pero vi algo que no podía dejar pasar: Uno de ellos llevaba una etiqueta en la que ponía “Raúl”. Me lo guarde y pregunte:
-¿Lo habéis encontrado?
-No-responde Nicolás.
-No-responde Raúl.
-¿Oye con diferente te refieres a una serie de números en vez de un nombre?-pregunta Richard levantando un CD-ROM
-Sí, salgamos de aquí-dije mientras abrimos la puerta.
Al tras traspasarla no nos encontramos con esas sala tan rara sino como con la anterior, la de los láseres. No dimos mucha importancia teníamos que salir de ahí cuando antes. Esta vez no pasamos por poco a poco decidimos teletransportarnos  yo llevaría a Richard y Nicolás a Raúl.
Cuando ya estábamos al otro lado Richard se tropieza porque aun no estaba acostumbrado y toca uno de los láseres, pero la alarma no suena. “Dani gracias” pienso.
Tras esto cogemos el ascensor y bajamos hasta la última planta, para ello no hacía falta ninguna contraseña y el ascensor me daba la impresión de que iba más lento o igual era yo que quería salir de allí cuanto antes. Cuando se abren las puertas empieza a sonar la alarma.
-Nicolás ve a buscar a Daniel y salir de aquí nosotros os esperamos fuera.
Él afirma con la cabeza y desaparece.
-Agarraos-(“Deseo salir de aquí, ya”) Nada (“¡Deseo salir de aquí!”)Nada (“¡¡¡Deseo salir!!”) Nada-¡¡Quiero salir!!-grito
-Elena estás nerviosa así no vas a poder. Además conozco una salida. Es por aquí-dice guiándonos. Primero torcemos a la derecha luego a la izquierda luego otras dos veces a la derecha y luego a la izquierda y cuando vi la puerta de salida:
-¡Elena!-grita alguien que se encontraba a mi espalda, cuando me giro pudo ver a Taylor “¿Taylor? ¿Qué está haciendo aquí Taylor?”
-¿Taylor?-le pregunto.
Ella no contesta está como paralizada, como si alguien hubiera pulsado el ‘PAUSE’. Cuando me empiezo a acercarme a ella para sacarla de allí Daniel aparece “ahora ya entiendo lo que ha pasado”.
-No te acerques-me dice mientras se acerca a ella y le clava un cuchillo haciendo que despierte.
-¿Qué has hecho?-pregunto asombrada- Era Taylor. Era mi amiga-digo enfada incapaz de creer lo que acaba de hacer.
-Mírala-dice sin ningún sentimiento.
-¿Nicky?-vi que su rostro y su cuerpo se habían cambiado hasta convertirse en Nicky y luego vuelve a cambiar y no puedo creerme lo que veo.
-No era Taylor, ni Nicky. Era Melany siempre ha sido Melany-dice mirando la joven que se está desangrando en el suelo.
-No puede ser era mi mejor amiga-digo corriendo hacia ella mientras unas lagrimas empiezan a resbalar por mis mejillas, pero alguien me agarra del brazo y me detiene.
-Debemos irnos-dice Raúl con voz entrecortada.
-Pero…-protesto, pero cuando le miro a los ojos veo que para el también está siendo difícil
-¿Qué vais a hacer el funeral ahora?, porque si es así tengo la impresión que será también el nuestro-dice Richard, está asustado como todos, pero yo no puedo dejarla ahí.
Haciendo acopio de toda mi fuerza digo
-¡Salgamos de aquí!
                                                                                                                                               
Antes de que todos cruzaran la puerta para salir el chico rubio mira hacia el cadáver de la joven que está en el suelo y con una sonrisa extraña susurra:
-Fin del juego.

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